sábado, 3 de noviembre de 2007

Ilha Grande /Previa

Para decirlo finamente, salimos a Brasil "en medio del quilombo": octubre y noviembre son una época complicada para irse de vacaciones, por la sencilla razón de que uno no está de vacaciones. Supongo que con este viaje nos pasó eso: hasta que no estuvimos allá, costaba mentalizarse de que salíamos de vacaciones, de que esta semana en Brasil era mucho más que una "escapada".
Eso sí, la ocasión lo ameritaba. Carlos, el papá de Sofi, cumplía 70 y nos había invitado a todos (léase: a su mujer –Renée–, a sus hijas –Paula, Victoria y Sofi–, a yernos y novios –Frane y yo– y a sus nietos –Lara, Fermín y Dante, todos hijos de Paula y Frane–) a Brasil. Lo que empezó hace años como una broma comenzó a cobrar perspectivas muy reales en el 2006, y pudimos concretarlo este año, con algunos pedidos especiales a jefes, compañeros de trabajo y amigos. Siempre están los regalitos y souvenirs como expresión de agradecimiento, ¿no?

Desde hace muchos años, Carlos viaja mes por medio a Brasil y trabaja allá durante una semana, haciendo supervisión de grupos de terapia y dictando talleres y cursos. Labura principalmente en São Paulo, pero los viajes, los congresos y las vacaciones le permitieron conocer bastante de Brasil. Además, de nuestro grupo era quien mejor hablaba el portugués, así que muchas veces nos hacía de traductor o intérprete cuando la comunicación se volvía complicada.

El viernes 26/10 a la tarde ya tenía listas mis cosas, y salí para lo de Sofi. Tomaríamos un avión a Rio de Janeiro a las 12 del día siguiente. Nuestro destino final era una isla del estado de Rio llamada Ilha Grande, pero antes pasaríamos la noche del sábado en Angra dos Reis, y nos reuniríamos con Carlos al día siguiente (que fue, además, el día de su cumpleaños), porque él estuvo toda esa semana en São Paulo trabajando. Así que por el momento éramos dos grupos que Frane bautizó alpha y beta: la familia Filiberto/Calvente (Frane, Paula y los chicos) por un lado, y por el otro Renée, Victoria, Sofi y yo.

Después de tantos años organizándonos a fondo con el tema de los viajes, era la primera vez en mucho tiempo en que yo prácticamente no tenía idea de adónde iba, ni cómo sería ese lugar. La noche del jueves entré un rato a Internet para ver cómo estaría el tiempo en Brasil la semana siguiente (no me sirvió de mucho: cada sitio anunciaba algo distinto), y de paso entré a un par de páginas dedicadas a la isla que me fascinaron. Me hubiera gustado imprimir alguna "mini-guía" con información turística, pero ni Sofi ni yo tuvimos tiempo para eso. Había pensado en buscar un poco más de datos el viernes a la noche, pero estaba tan cansado que me quedé dormido mientras veíamos televisión. Por suerte ya teníamos todo listo para el día siguiente.

El sábado 27 nos levantamos a eso de las 7 o 7.30, y a las 8.30 tocó bocina nuestro taxi, que ya había pasado a buscar a Victoria. No lo sabíamos entonces, pero ya éramos el grupo beta y estábamos camino de encontrarnos con el alpha en Ezeiza.

El grupo beta saliendo en taxi a Ezeiza...